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Oskar Belategui
Miércoles, 4 de junio 2025, 14:55
La pintada con pintura roja en la fachada de la casa hace más daño todavía en el pintoresco entorno de Urturi, un pueblito de postal ... en la Montaña Alavesa: «Asesino muérete». El trajín de camiones y cámaras tranquiliza. El insulto forma parte del atrezo de 'Innato', una de las apuestas de Netflix para la próxima temporada. Una serie protagonizada por Elena Anaya, Imanol Arias y Emma Suárez, que el próximo 18 de junio finaliza su rodaje entre Madrid y diversas localizaciones alavesas.
En el idílico Urturi está la casa de uno de sus protagonistas, el bombero que encarna Imanol Arias. Bombero y psicópata. No hacemos espóiler: Félix Garay es un criminal bautizado por la prensa como 'el asesino del gasoil'. Mató al menos a tres personas y ha cumplido 25 años de condena. Su hija Sara (Elena Anaya) es una psicóloga que adoptó una nueva identidad para que no la relacionaran con su padre. Su marido (Roberto Álamo) no sabe nada de su pasado, pero su hijo adolescente ha averiguado por su cuenta la verdad sobre su abuelo. Cuando una nueva ola de crímenes parecen replicar los perpetrados hace dos décadas, Sara empieza a temer que no sea su padre quien esté detrás, sino su propio hijo.
«Esta es una serie sobre el legado familiar, sobre la herencia que se transmite. Un thriller psicológico vertebrado casi por un drama familiar, porque de nuestros padres heredamos lo bueno y lo malo», define Lino Escalera, codirector junto a Inma Torrente de los 8 capítulos de 45 minutos. Realizador de series como 'Alta mar' y 'Élite', Escalera acaba de estrenar en los cines otro thriller, 'Hamburgo', sobre las mafias de la prostitución en la Costa del Sol. 'Innato' se rueda en Vitoria y en parajes rurales como Maestu, Miñano y Kanpezu. «La serie transcurre en Álava, y los personajes son totalmente vascos. El paisaje, el clima, acompañan al tono de la serie, algo sombrío, porque la niebla y la vegetación frondosa ocultan muchas cosas. Es como en 'Twin Peaks'», apunta el director.
Elena Anaya no coincidía con Imanol Arias desde su primera película, 'África', de Alfonso Ungría, en 1996. Entonces tenía apenas 20 años y acababa de llegar a Madrid desde su Palencia natal para matricularse en la Escuela Superior de Arte Dramático. Han pasado casi tres décadas. La actriz cumplirá el mes que viene 50 años, ha trabajado en Hollywood y tiene un Goya por 'La piel que habito' de Almodóvar. Pero no se le ha olvidado lo fácil que se lo puso Arias cuando era una cría inexperta. «Me sentí absolutamente arropada, fue una experiencia deliciosa», recuerda la actriz. «No tenía ni idea de nada. Hice la misma semana el casting y las pruebas de acceso a la RESAD. Tuve mucha suerte, porque Imanol fue una guía absoluta, un compañero y un amigo desde el primer día. Me ayudó y me enseñó una barbaridad. Recuerdo detalles concretos que parece que ocurrieron ayer. El día que comenzamos a rodar 'Innato' nos dimos un abrazo y nos emocionamos los dos. Ha pasado una vida y él está igual. Yo sí que he cambiado».
Por su parte, Emma Suárez también ha vivido mucho desde que coincidió con Arias en 'Querido maestro', una serie que emitió la primera de sus tres temporadas en el lejano 1997. La industria audiovisual española, en plena ebullición gracias a plataformas como Netflix, no tiene nada que ver con la de entonces. «Ha cambiado muchísimo todo, yo incluida», ríe la actriz. «Aquella fue de las primeras series que empezaron a grabarse en parte en exteriores, algo novedoso. Ahora hay muchísimo más contenido, antes apenas se hacían series policiacas: 'El comisario', 'Policías'... ¡Si no había móviles!».
Suárez encarna a la inspectora Arias, que cuando es joven está interpretada por Aura Garrido. Vuelve a enfrentarse a los fantasmas del pasado, que le han perseguido desde entonces. «'Innato' tiene cierta originalidad. Es una investigación, pero habla de los problemas de identidad, de la necesidad de ocultarse y disfrazarse, de inventarse una persona diferente...».
Elena Anaya lleva desde noviembre indagando en el estudio de la psicopatía. «En otros trabajos tuve la suerte de trabajar con psicólogos forenses que trataban a psicópatas. Aproximadamente el 3% de la población tiene rasgos psicopáticos. La serie se llama 'Innato' porque pone en cuestión cómo estas enfermedades se transmiten de manera genética y cómo también se adquieren por las experiencias y traumas vividos en la vida», explica. «Encendemos la tele y vemos a psicópatas primarios, que no asesinan a gente con sus manos pero provocan genocidios y guerras».
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