Interés compuesto, qué es y cuáles son sus ventajas
Su poder radica en la capacidad de generar intereses sobre intereses, lo que impulsa el crecimiento de tus ahorros e inversiones de forma exponencial
¿Harto de que tus ahorros no generen nada? ¿No sabes cómo invertir esa cantidad que tienes a tu disposición sin verte obligado a realizar ... inversiones que no entiendes? Hoy te hablaremos de una herramienta financiera con un nombre que quizá te eche para atrás, pero es que es fácil de entender. Porque pocas ideas han cambiado tanto la forma de entender las finanzas personales como el interés compuesto. Aunque puede sonar a jerga de economista, en realidad se trata de un concepto tan poderoso como accesible, capaz de transformar pequeños ahorros en grandes sumas si se le da tiempo suficiente. En este artículo, de la mano de los expertos de fondosindexados.net vamos a explicarte qué es el interés compuesto, cómo se diferencia del interés simple y por qué entenderlo puede marcar una gran diferencia en tus decisiones financieras, incluso si nunca te has sentido especialmente cómodo con los números.
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¿Qué es el interés compuesto?
El interés compuesto es el 'interés sobre el interés'. Es un mecanismo financiero en el que los intereses generados por una inversión o un préstamo no se retiran, sino que se reinvierten o suman al capital inicial. De esta forma, en el siguiente periodo, los intereses se calculan sobre un capital mayor. Es decir, el dinero va creciendo de forma exponencial con el tiempo.
La cifra
57,63 euros
ganarías con el interés compuesto en una cuenta en la que metas 1.000 euros al 5%.
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¿Cómo se calcula?
Calcular el interés compuesto no es tan complicado como parece. La idea básica es que los intereses que vas ganando se van sumando al dinero que ya tenías, y al año siguiente, ganas intereses también sobre esos intereses. Es como una bola de nieve que cada vez va creciendo más rápido a medida que rueda.
Imagina que tienes 1.000 euros y lo metes en una cuenta que te da un 5% al año.
-Al final del primer año, ganas 50 euros, así que ahora tienes 1.050 euros.
-Al segundo año, el 5% ya se aplica sobre 1.050 euros, así que ganas 52,50 euros, y ya tienes 1.102,50 euros.
-Al tercer año, los intereses se calculan sobre esa nueva cantidad… y así sucesivamente.
No necesitas hacer los cálculos a mano. Hoy en día hay calculadoras de interés compuesto en internet donde metes tu aportación inicial, aportaciones periódicas que quieres hacer, el interés y los años que lo vas a dejar, y te dicen cuánto tendrás pasado un determinado período de tiempo. Pero lo importante es entender la lógica: cada año no solo ganas dinero por lo que metiste al principio, sino también por lo que has ido ganando. Esa es la magia del interés compuesto.
Multiplica tu dinero más rápido, favorece a los ahorradores y es ideal para construir patrimonio sin grandes aportaciones
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¿En qué se diferencia del interés simple?
La diferencia clave es que el interés simple no reinvierte los intereses generados. Cada año ganas lo mismo porque el interés se calcula solo sobre el capital inicial.
Con el interés compuesto, los intereses también generan intereses, lo que hace crecer el capital más rápido con el paso del tiempo.
Ejemplo rápido con 1.000 euros al 5% durante tres años:
Interés simple: ganarías 50 euros por año → total: 1.000 + 150 = 1.150 euros.
Interés compuesto: ganarías algo más cada año → total: 1.157,63 euros.
Esta diferencia, aunque parece pequeña, se vuelve cada vez más grande con el paso del tiempo y con el capital aportado cada año.
Requiere tiempo y constancia, si no reinviertes los intereses no funciona y puede jugar en contra si tienes deudas
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¿Cuáles son sus ventajas y desventajas?
Te enumeramos tres por cada una, comenzando por las ventajas:
-Multiplica tu dinero más rápido que el interés simple.
-Favorece a los ahorradores constantes y a largo plazo.
-Es ideal para construir patrimonio con aportaciones periódicas pequeñas.
En cuanto a las desventajas, estas tres serían las principales:
-Requiere tiempo y constancia para ver efectos notables.
-Si no reinviertes los intereses, no funciona.
-Puede jugar en contra si se trata de deudas, como las de tarjetas de crédito, donde la bola de intereses crece sin parar de forma inversa.
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