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Miércoles de toma de decisiones importantes en el Senado de Colombia, en el que la jornada finalizó en caos y con el presidente pidiendo orden ... y levantando la sesión por falta de condiciones. Fue una jornada en la que el presidente colombiano, Gustavo Petro, que se encontraba en la cumbre de China, perdió la votación más importante, la de la pretendida consulta popular, por una diferencia de dos votos (47-49), y en el que la oposición distrajo y ganó reviviendo la reforma laboral del gobierno de Petro, que había sido hundida hace nueve semanas.
Y no se lo tomó bien el presidente: «No se hundió la consulta popular. La hundieron con fraude, como en un 19 de abril de 1970. El senador Efrain Cepeda sabedor que ingresaban los votos que la hacían mayoría, cerró la votación. Estamos ante un fraude y el pueblo debe decidir», declaró. Incluso elevó el tono apuntando a medidas de calado irreversible: «Propongo de inmediato la reunión de las centrales obreras, la coordinación campesina, laa juntas de acción comunal, los comites juveniles barriales y el movmiento indígena para dar el paso siguiente. La orden como presidente de la repúbllca de Colombia es que, en estos momentos, la fuerza pública no debe hacer uso de su fuerza contra el pueblo. Su presencia debe ser a la suficiente para cuidar los edificios de las instituciones y garntizar la convivencia pacífica entre la ciudadanía Conservar la paz y la alegría. Hora le corresponde a la coordinación del movimiento popular, dar los pasos a seguir, de acuerdo a la Constitución».
En lo que algunos han querido ver una movilización paralela a los cauces electorales, Petro anadió: «Al pueblo no se le siilencia con trampa. Estoy listo para lo que el pueblo decida. Efraín Cepeda cometio el peor error, posible que en Colombia pueda cometerse, usar el fraude».
Había que votar la consulta popular propuesta por el presidente Gustavo Petro. Al gobierno le bastaba la mayoría simple para seguir adelante con la consulta popular. Es decir, la mitad más uno de los votos presentes en la sesión. Los grupos opositores Centro Democrático, Cambio Radical y miembros del Partido Liberal y el Conservador estaban en contra de la consulta. Es la jugada que se ha sacado de la chistera la oposición. Si ganaba podría frenar la intención de convocar a las urnas. Pero el oficialismo amenazó con salirse del recinto hasta que se convocara la votación por la consulta.
La apelación era la última estrategia de la oposición y los independientes para tratar de evitar la consulta popular. La aprobación de la apelación por 68-3 deja un argumento de peso para aplazar la consulta, ya que renacería el proyecto que ha obligado a Petro a plantear la consulta.
En un comunicado, el grupo del Partido de la U informó que habían tomado la decisión de votar positivamente «la apelación de la reforma laboral, con el objetivo de que esta iniciativa tenga una nueva oportunidad de un debate amplio, constructivo y democrático».
El Ejecutivo de Petro se dio cuenta del «cambiazo» y lo rechazó: «Creemos que hay un perverso propósito de que la reforma laboral reciba un segundo entierro». La reforma laboral propuesta por Petro fue hundida hace nueve semanas y solo le quedarían cinco semanas para tramitarla.
El propósito original era el de construir un acuerdo que permitiera que el Congreso aprobara la Reforma Laboral mediante una Ley Ordinaria. «Se hicieron muchas mesas técnicas, audiencias públicas y foros. Hubo dos intentos fallidos en legislaturas diferentes. Y el último intento fracasó con una cerrada de puertas en las narices de la bancada de Gobierno en el Senado, con una rotunda negativa a debatir la propuesta, que ya había sido aprobada por la Cámara de representantes», comenta el abogado Óscar González Arana.
Según Humberto de la Calle, uno de los hombres que intervino en el pacto del proceso de paz firmado en 2016, cree que la consulta se ha convertido en un instrumento electoral que termina favoreciendo por un lado o por el otro al propio Gobierno. Si el Senado niega la consulta será un dato que capitalizará el gobierno». De la Calle vota porque se apruebe y posponerla para después de las elecciones.
Para el presidente Petro el tema hasta ayer era muy claro. Había repetido por pasiva y por activa que «Si a los amigos de Efraín Cepeda –presidente del Senado- se les ocurre negar la consulta popular, el pueblo va a borrar a esos congresistas de la historia de Colombia. La consulta de todas maneras se hará». Esta promesa queda ahora pendiente de cómo hará esa consulta popular. Pero lo que es más importante es que la de ayer fue la derrota más dura sufrida por Petro en el Senado.
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