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Teherán despertó este viernes después de una noche de autentico terror con el cielo rugiendo a causa de las explosiones. Después de años de planificación ... y unos últimos días de constantes amenazas, Israel lanzó una operación militar a gran escala contra Irán que afectó a su programa nuclear, descabezó a su cúpula militar y asesinó a los principales científicos del país. Más de 200 aviones golpearon en 100 objetivos diferentes a lo largo de la noche en la operación bautizada como 'Despertar del León'. El primer ministro hebreo, Benjamín Netanyahu, dijo que fue «muy exitosa» y que se alargará «el tiempo que sea necesario». Prometió que el mapa de la región cambiaría tras el ataque de Hamás del 7 de octubre y la república islámica de Irán era la última parada que le quedaba para cumplir el plan.
Netanyahu apeló a la amenaza nuclear, pero su gran objetivo es el cambio de régimen en Teherán. Sabe que los iraníes están divididos y debilitados por el efecto de las sanciones y busca poner al régimen islámico contra las cuerdas. El líder supremo persa, Alí Jamenei, clamó venganza y comenzó su respuesta con el lanzamiento de un centenar de drones que fueron interceptados antes de su llegada a Israel. Donald Trump llegó a la Casa Blanca con la promesa de acabar con las guerras, pero ha abierto las puertas a un choque a gran escala de consecuencias imprevisibles para la región porque Tel Aviv nunca realizaría un ataque de esta escala sin el apoyo total de Washington.
El programa nuclear iraní ha sido una obsesión para Netanyahu porque lo considera una «amenaza existencial». El primer ministro soñaba desde su llegada al poder con un ataque a Irán y derrocar al régimen. Durante el primer mandato de Donald Trump consiguió que Estados Unidos rompiera el acuerdo nuclear, aunque los iraníes lo cumplían, y asesinara al general Suleimani. En este segundo mandato dio un paso más y lanzó un ataque a gran escala.
El primer objetivo de la misión fue la planta de Natanz, situada en el centro del país, donde los iraníes han desarrollado gran parte del programa de enriquecimiento que le ha llevado a lograr un grado del 60%, muy cerca del 90% que se necesita para armamento nuclear. La aviación israelí, sin embargo, no atacó otro centro similar como el de Fordow, ni tampoco las instalaciones de Isfahán. En el ataque asesinaron además a los científicos atómicos Fereydoon Abbasi y Mohammad Mehdi Tehranchi, siguiendo una estrategia que ya han usado en el pasado de intentar descabezar a los principales talentos de la república islámica.
La Agencia Iraní de Energía Atómica confirmó que «el ataque contra la planta nuclear de Natanz dañó varias partes del complejo. Se están realizando investigaciones para evaluar la magnitud de los daños. No se han reportado víctimas ni fugas de contaminación radiactiva o química fuera de las instalaciones». La gran incógnita es saber el impacto final de la operación y el tiempo que necesitará Teherán para recuperarse y retomar su programa. En el pasado los israelíes han saboteado las plantas persas y asesinado a científicos, pero la república islámica ha continuado adelante.
Israel siguió la estrategia empleada en Líbano con Hezbolá: se dirigió directamente a la cúpula militar iraní y mató a los generales Gholam Ali Rashid, segundo comandante en jefe después del líder supremo, Hossein Salami, máximo responsable de la Guardia Revolucionaria, y Mohammad Bagheri, al frente del Estado Mayor. Durante la campaña libanesa los hebreos fueron aumentando el nivel de los objetivos hasta llegar a Hasán Nasrala. En el caso de Irán, el puesto más alto de la cúpula del régimen es Ali Jamenei, quien tiene la última palabra en las decisiones estratégicas como el programa nuclear.
Los medios israelíes aseguran además que en uno de los puntos atacados lograron asesinar a «la mayor parte de los comandantes de la fuerza aérea» iraní, que estaban reunidos en una base subterránea.
Este ha sido un inusual ataque, casi anunciado, con evacuaciones previas del personal norteamericano de la región, y ha confirmado la superioridad abrumadora de Israel y Estados Unidos. Las defensas antiaéreas de la república islámica no funcionaron y los medios hebreas señalan que fue debido a una operación previa del Mossad. A esto hay que sumar que en octubre los israelíes ya destruyeron el sistema de defensa ruso A300 que tenía el enemigo en su poder.
Además del modelo libanés para eliminar a la cúpula militar, Israel imitó el modelo ucraniano y los servicios de Inteligencia lograron construir una base secreta de drones explosivos dentro de la república islámica para atacar lanzaderas de misiles balísticos en una base cercana a Teherán, han revelado fuentes de seguridad a los medios hebreos. El Mossad desplegó también sistemas de armas guiadas en el centro de Irán, cerca de las bases de defensa aérea y lograron anularlas, por lo que los 200 aviones empleados en la operación atacaron sin riesgo y regresaron a su origen sin sufrir percances.
El ataque llegó en mitad del proceso negociador entre Estados Unidos e Irán. La sexta reunión estaba prevista para el domingo, pero tras la operación israelí los persas anunciaron que no asistirán. Teherán aceptaba limitar el enriquecimiento de uranio, como en 2015, pero nunca detenerlo y Trump no veía esto con buenos ojos. Tras la operación, el presidente estadounidense dijo que mantiene abierta la puerta al diálogo. El ambiente generado por las conversaciones de los últimos meses sirvió para rebajar la tensión dentro del régimen y, pese a las amenazas de Netanyahu de los últimos días, no se habían tomado medidas especiales, ni se realizó llamamiento alguno a la población para estar alerta. Pese a todos los avisos y señales, la acción hebrea fue toda una sorpresa.
Jamenei clama venganza, pero la diferencia tecnológica entre los dos países es abismal. Los iraníes cuentan con un amplio arsenal balístico, como se vio en los ataques que lanzaron contra Israel en abril y octubre de 2024. Esas dos operaciones apenas causaron daños en el enemigo, que contó con el apoyo de países de la región y otros como el Reino Unido y Francia para derribar los misiles.
El arma más importante que tenía el régimen islámico contra Israel eran los proxies que creó y armó durante años en Gaza, Líbano, Siria, Irak o Yemen, pero en la actualidad sólo los hutíes de este último país están operativos dentro del desgastado 'eje de la resistencia' y su capacidad es muy limitada. La guerra irregular diseñada por el general Suleimani es pasado y ahora llega el pulso directo. La primera reacción fue el lanzamiento de drones, pero ninguno llegó a su objetivo.
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