Real Sociedad

A Segunda solo se llega sufriendo

El equipo de Iosu Rivas necesitó una prórroga, pero selló el objetivo. Está a dos pasos de volver a Segunda. La final, a doble partido, se disputará los dos próximos fines de semana ante el Nàstic de Tarragona, que superó al Murcia en la otra semifinal. El partido de ida se disputará en el Nou Estadi y la vuelta en Zubieta tendrá lugar el fin de semana del 21 y 22. Como ha ocurrido en esta última eliminatoria, el filial txuri-urdin volverá a ir de mano. Le bastará de nuevo con un empate para subir a la categoría de plata después de clasificar en mejor posición al término de la liga regular.

El Sanse no cuajó su mejor partido, pero no dejó de competir. Con uno menos sacó fuerzas de donde no las había para llevar a cabo un ejercicio de resistencia que los más de mil realzales que acudieron a Zubieta correspondieron con una gran ovación. Los potrillos demostraron que incluso en días malos como el de ayer son una máquina de competir.

Iosu Rivas introdujo una novedad en el once con respecto al partido de ida. Dejó en el banquillo a Mikel Rodríguez y dio la alternativa a Gorka Gorosabel para formar en el centro del campo junto con Goti y Carbonell. El Sanse quiso cerrar la eliminatoria a través del balón. Empezó mandando y trenzando buenas combinaciones por dentro mediante los tres centrocampistas.

El Mérida, apoyado por sus tres centrales, trataba de desactivar a un Mariezkurrena que actuaba como referencia más adelantada. El astigartarra se rebeló ante la superioridad defensiva visitante para protagonizar la mejor ocasión del encuentro a los veinte minutos de juego con un remate al primer toque tras centro de Astiazaran que Juanpa salvó de manera milagrosa con la pierna izquierda.

La oportunidad del Sanse espoleó al conjunto romano, que a partir de ese momento comenzó a llevar el control del choque y a acercarse con peligro al área realista. Eslava avisó a la media hora de juego con un disparo a la media vuelta que despejó Fraga con una mano providencial. El zarauztarra, reemplazo de Fraga en la portería, fue un seguro bajo palos.

El Mérida iba a más, mientras el Sanse llegaba al descanso con una sensación extraña, incapaz de llevar la manija del balón a su gusto ante su gente. Trató de reactivarse tras el paso por vestuarios, parecía que quería emular los primeros compases del partido. Goti, a la hora de juego, dispuso de una ocasión inmejorable para cerrar la eliminatoria, pero su remate dentro del área salió muy defectuoso. También buscó el gol olímpico en un córner y antes Astiazaran había obligado a intervenir a Juanpa con una gran estirada.

Pero el Sanse volvió a apagarse. Eslava, el mayor incordio para la zaga txuri-urdin, aprovechó un error grosero de Beitia para adelantar al Mérida y abriendo un escenario que nadie deseaba a un cuarto de hora del final. Mariezkurrena tiró de amor propio para hacer reaccionar a los suyos con un chut alto, pero poco después metió en más problemas al equipo viendo la segunda tarjeta amarilla y dejándolo con uno menos a cinco del final.

El partido se fue a la prórroga ante un Mérida volcado, pero el Sanse aguantó de pie. Los visitantes reclamaron un penalti que no señaló el árbitro, pero su superioridad numérica no se vio reflejada en el área en el último instante. Los extremeños lo intentaron hasta el final, pero el conjunto blanquiazul resistió para colarse en la final del playoff. Este Sanse es mucho Sanse. Incluso cuando no juega tan bien. Incluso con un hombre menos.