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Una bulliciosa mañana de mercado en los primeros años de la cubierta. ORDIZIAKO UDALA
Ordizia

Una plaza centenaria, seña de identidad

Ordizia. El 11 de junio de 1925 se inauguró la cubierta de la plaza Mayor de Ordizia, que se ha convertido en todo un símbolo de identidad del municipio

Jueves, 12 de junio 2025, 02:00

Tal día como hoy hace 100 años la plaza Mayor de Ordizia era el centro neurálgico de la villa. Un lugar donde los miércoles se celebraba el mercado semanal. Pero tenía un inconveniente: los días de lluvia no había forma de resguardarse y los baserritarras que acudían protegían sus puestos con toldos como podían. Esa fue la razón principal para que a principios del siglo XX el Ayuntamiento comenzara a buscar una solución al problema. La definitiva llegó en 1925, con la construcción de la cubierta que ayer cumplió el centenario de su inauguración.

Aquel 11 de junio de 1925 fue jueves, día de Corpus y hubo una programación especial para festejarlo. Este año, el Ayuntamiento de Ordizia está organizando diversos actos para conmemorar la efeméride. Además, la casualidad ha querido que el día de la inauguración oficial fuera miércoles, día de mercado, por lo que el consistorio aprovechó para realizar algunos actos. Por la mañana se descubrió una placa que recuerda los 100 años. «El mercado no se entiende sin la plaza, pero Ordizia no se entiende sin la plaza y sin el mercado, y creo que están muy unidos el pueblo, la plaza y el propio mercado», celebró el alcalde, Adur Ezenarro.

Es por ello que quisieron tener un detalle con los baserritarras y productores que acuden semanalmente, los cuales recibieron como obsequio una chocolatina con el logotipo creado para la ocasión. Arantxa Zurutuza, del caserío Goiko Etxeberri de Arama, es la cuarta generación que mantiene el puesto de la familia. «Llevamos más de 40 años aquí, desde pequeñas», indica. Sus ancestros comenzaron en la plaza descubierta y ella ahora todavía padece en parte las inclemencias del tiempo, ya que su lugar está justamente en una de las zonas donde no se han podido colocar lonas en las obras de rehabilitación.

«El mercado no se entiende sin la plaza, pero Ordizia no se entiende sin la plaza y sin el mercado», ensalzó el alcalde

La construcción de la cubierta de la plaza fue un hito en el centro del casco histórico que ocupaba la plaza. Aunque había una zona despejada frente al Ayuntamiento, «la destrucción a causa de un incendio del Palacio Lazkaibar Balda en 1859 supuso ampliar el espacio y comenzaron a darle forma a la actual plaza, incluso comprando algunos edificios que existían en la misma», explica Gema López, del centro de Interpretación D'elikatuz, que realiza las visitas guiadas por el casco histórico de la villa. Visto que cada vez eran más las personas que iban a vender al mercado, surgió la idea de acondicionar la zona para que pudieran resguardarse.

La primera mención sobre el tema en un pleno data de 1909. Cinco años antes habían colocado la escultura de Andrés de Urdaneta en la plaza y las molestias que conllevaría quitarla de ahí retrasaron el proyecto, que se retomó en 1917. El arquitecto Antonio Agirre presentó varias propuestas, algunas provisionales y también un edificio, pero ninguna salió adelante. Fue en 1924 cuando el consistorio encargó el proyecto al arquitecto donostiarra Jose Gurrutxaga. Al igual que su antecesor, tuvo muy en cuenta la situación de la plaza, en el centro del casco histórico, y por ello, además de la solución técnica, dio importancia a la parte estética. Quiso hacer algo 'bonito' y que no rompiera con los edificios ya existentes. Lo diseñó en un estilo clasicista que no pasa desapercibido entre quienes lo visitan. Se construyó en hormigón armado, un material todavía poco utilizado en aquella época.

«Mi amona solía venir, pero ella ya lo conoció así», recordaba Beñat Telleria, de Mutiloa, que aunque no conoció el puesto de la familia, está desde hace siete años con su puesto de queso de vaca ecológico que produce en su ganadería. Lo que sí tuvo que conocer la amona de Beñat fue la vidriera que tenía la plaza en el centro de la cubierta. La realizó la empresa francesa J. H. Maumejean y estaba decorada con motivos frutales y florales. 35 años después de su inauguración, comenzaron a haber filtraciones y, en lugar de arreglarlas, decidieron quitar la vidriera y crear una cubierta completa de hormigón.

«Estamos aquí porque hace un siglo unos ordiziarras tuvieron una imaginación y una valentía tremenda para cubrir la plaza. Es cierto que hoy en día no hay en todo el mundo un ejemplo así, una plaza cubierta pero abierta. Creo que es un lugar predilecto para los ordiziarras», resumió el alcalde.

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