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Los amantes de la astrología y los fenómenos celestes están de enhorabuena. Este mes de junio, el cielo nos regala uno de esos espectáculos naturales que solo ocurren una vez al año y que despiertan admiración en todo el mundo por su excepcionalidad. Se trata de la llamada Luna de Fresa, una luna llena que alcanzará su plenitud a las 09:44 horas (hora peninsular española) del 11 de junio, aunque durante toda la noche se podra contemplar cuando se eleve sobre el horizonte con todo su esplendor.
La Luna de Fresa no es una luna que literalmente adquiera el color rosado de la fruta que le da nombre, aunque en algunos casos puede lucir tonos dorados, anaranjados o rojizos, especialmente cuando está baja en el cielo y su luz debe atravesar más atmósfera terrestre. Estos colores también pueden intensificarse en presencia de polvo o partículas en suspensión, como ocurre tras incendios forestales o erupciones volcánicas.
El nombre Luna de Fresa proviene de la tradición de las tribus nativas americanas del noreste de lo que hoy es Estados Unidos. Estas comunidades asociaban la luna llena de junio con el momento ideal para recolectar fresas silvestres, que alcanzaban su punto de madurez precisamente en esta época del año. Más allá del color, el nombre refleja una forma ancestral de observar el tiempo y la naturaleza, conectando los ciclos lunares con las tareas agrícolas y de recolección.
La Luna de Fresa es la luna llena más próxima al solsticio de verano en el hemisferio norte, que este año tendrá lugar el 20 de junio. Esta coincidencia añade un matiz simbólico y estacional al evento, ya que marca el tránsito entre la primavera y el verano.
Pero este año, la Luna de Fresa trae un extra de interés astronómico: coincide con un fenómeno poco común conocido como lunasticio. Este término describe el punto más extremo en la oscilación de la órbita lunar, un ciclo que se repite aproximadamente cada 18,6 años, por loq ue no se volverá a ver hasta 2043. Durante un lunasticio mayor, la Luna alcanza su máxima declinación, es decir, su mayor separación angular respecto al ecuador celeste. Esto se traduce en que, en ciertas latitudes, la Luna se verá más alta en el cielo durante su tránsito nocturno, ofreciendo una vista más prolongada y espectacular.
Para disfrutar de la Luna de Fresa no se necesita equipamiento especial, aunque sí se recomienda buscar un lugar con buena visibilidad del horizonte y alejado de la contaminación lumínica. Las zonas rurales o los miradores elevados son ideales para contemplar este fenómeno. La noche del 10 al 11 de junio será el mejor momento para observarla, especialmente durante la salida de la luna, justo después del atardecer.
En muchas culturas, la luna llena de junio también recibe otros nombres. Por ejemplo, en Europa se la ha llamado Luna de Miel, por la antigua costumbre de celebrar bodas en junio y consumir hidromiel tras el matrimonio. Mientras, en el calendario lunisolar chino, esta luna puede coincidir con festividades tradicionales como el Festival del Bote del Dragón, que también se celebra cerca del solsticio de verano.
En astrología, la Luna de Fresa suele relacionarse con emociones intensas y ciclos de cierre o maduración personal, ya que ocurre bajo la influencia de signos zodiacales cambiantes entre Géminis y Cáncer.
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