Alemania condena a cadena perpetua a un miliciano leal a Al Assad por crímenes contra la humanidad en Siria

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El sexto senado de lo penal de la Audiencia Superior de Stuttgart considera probado que el ya condenado se sumó en 2011 a la milicia chií Hizboláh como líder de un grupo armado que intervino en la guerra civil para defender los intereses del dictador Bashar al Assad, actualmente refugiado en Rusia, y reprimir el movimiento de protesta surgido en la Primavera Árabe.

Miles de personas fueron detenidas, torturadas y en parte asesinadas por los sicarios del régimen. El hombre se sumó al poco de iniciarse las revueltas contra el Gobierno sirio a una milicia chií en su ciudad natal de Busra Al Sham, al sur de Siria, que era dirigida y apoyada por Hizboláh. La misión del procesado era intimidar y desplazar a la población sunita de esa localidad a base de maltrato, torturas e incluso asesinato.

Los fiscales le acusaron, entre otros crímenes, del asalto a una familia sunita en su hogar en agosto de 2012, en el que resultó muerto un estudiante desarmado de 21 años. Los atacantes saquearon y destruyeron la casa y expulsaron a sus habitantes tras maltratarlos. En otras ocasiones participó en arrestos arbitrarios y la tortura de los detenidos antes de su entrega a los servicios secretos de Asad.

En otro ataque perpetrado en 2014, el acusado y sus milicianos condujeron a un comerciante suní de 40 años y a su familia a un patio, saquearon su casa y robaron dinero y oro. El padre de familia fue detenido y, tras 24 horas de tortura, arrojado a la calle sin poder caminar. Según la sentencia, el acusado dirigió un grupo de entre cinco y ocho milicianos en los delitos cometidos en abril de 2013 y 2014.

La sentencia se ha dictado este martes tras 42 días de proceso. Durante el juicio, que se celebraba desde mediados de octubre, declararon 30 testigos, en su mayoría sirios que viajaron desde países como Brasil, Bélgica, los Países Bajos u otras localidades de Alemania, algunos de ellos víctimas directas de sus crímenes. Los jueces visionaron numerosas fotografías y vídeos y escucharon los informes de varios peritos. La sentencia aún no es firme y todavía puede recurrirse.